segunda-feira, 30 de maio de 2011

Comer - Barrio Norte

OVIEDO
Para peixes e frutos do mar não existe melhor lugar na cidade. A inspiração vem da Espanha, mas a cozinha passeia por outras influências - a Itália aparece em pratos de risotos e massas. O menu muda regularmente, mas os chipirones a la plancha, a receita mais famosa da casa (são lulas na chapa), nunca saem do cardápio. Para começar, salada de camarão com abacate e carpaccio de vieiras. Entre os pratos principais, truta com terrine de cogumelos e peixe com nhoque de azeitona. Apesar da fama dos pescados, o setor de carnes merece consideração, como o kobe beef com ervilhas francesa e alho poró.

O ambiente aconchegante combina muita madeira e couro com toalhas impecavelmente brancas e uma bela coleção de vinhos - aliás, a carta está entre as melhores da cidade. O serviço é cordial, discreto e eficiente. Infalível para um grande jantar. Prestigiado por um público maduro e elitista, ocupa um salão clássico, elegante e sempre cheio – reserve. Prepara receitas mediterrâneas de apresentação impecável, geralmente à base de pescados frescos, como o lombo de dourado com nhoque de abóbora. A adega de vinhos, cheia de grand crus franceses e rótulos argentinos acima dos AR$ 1 000, está entre as mais poderosas da cidade. $$$$

Uno de grandes restaurantes nacionales. En su historia cuenta con highlights increíbles. El cochinillo, el pulpo, la tortilla. Pero a la hora de elegir un plato, habrá que ir por el pescado. Y si bien el atún rojo sale siempre perfecto, nos inclinamos por la argentinísima chernia con cualquiera de sus guarniciones (ideal, los ñoquis de oliva). Eso sí: su aparición en la carta depende de lo que se consiga fresco en plaza. Su precio ronda los 80 pesos.
Clásico de clásicos, Oviedo es una cita obligada para amantes de la buena gastronomía. Si todavía no pasaste por acá, ésta es una buena oportunidad. Su especialidad son los pescados, y su fórmula del éxito, la frescura de las materias primas y su tratamiento. Elegí una de las mesas del elegante salón y pedí las ostras vivas ($14 la unidad) para empezar y, de principal, el filet de trucha salmonada con lemon grass y puerros tiernos ($95). De postre, fondant de chocolate con helado de crema ($45). Atención eficiente de sus mozos, y como plus, una de las mejores cavas de vinos de la ciudad.

Chernia- Nos gustaría decir que recomendamos Oviedo porque su dueño, Emilio Garip, es fanático de Planeta JOY (¡lo es!). Pero lo hicimos por ser uno de grandes restaurantes nacionales. En su historia cuenta con highlights increíbles. El cochinillo, el pulpo, la tortilla. Pero a la hora de elegir un plato, habrá que ir por el pescado. Y si bien el atún rojo sale siempre perfecto, nos inclinamos por la argentinísima chernia con cualquiera de sus guarniciones (ideal, los ñoquis de oliva). Eso sí: su aparición en la carta depende de lo que se consiga fresco en plaza. Su precio ronda los 80 pesos.
www.oviedoresto.com.ar
(Calle Beruti, 2602, 4821-3741; 2ª/sáb 12h/16h e 20h/0h; Cc: A, D, M, V)

SETTE BACCO
Sette Bacco es un coqueto y algo rústico restaurante de Barrio Norte, ambientado como una casona antigua reciclada. Con una carta de cocina italiana bien amplia, va de los carpaccios a las pastas rellenas, pero vos olvidate de todo eso y detenete en el risotto de ossobuco alla milanese.

No importa que sea verano o invierno: vas a probar un plato delicioso, con un arroz carnaroli –grano corto- crocante y a la vez tierno, de una consistencia granulosa que llena la boca, y con abundante y sabroso ossobuco. El secreto es que la carne fue macerada una noche entera con hierbas y luego braseada cuatro horas. Lo sirven en unas cazuelitas de barro que le dan un toque antiguo y están destinadas a garantizar que no se enfríe su gran porción. Sumale unas hebras de queso y rendite. Precio: 58 pesos.
(Aguero 2157, Barrio Norte / T. 4808-0021)

VIEGENER (boulangerie)
Nos encantan sus bombas de pastelera, pero no por eso nos olvidamos sus medialunas de manteca, grandes y consistentes. Vienen en su versión clásica o rellenas de dulce de leche, crema pastelera, dulce de membrillo y hasta de ricota. Para saciar el antojo de algo rico y contundente.
(Coronel Díaz 1855, Barrio Norte)

LOS MOLINOS (boulangerie)
De los mismos dueños de Dos Escudos, esta panadería se autodenomina - con justa razón-, “especialista en medialunas”. Las preparan con ingredientes de primera calidad y son más que generosas. Si llevás una docena ($16) y al pesar el paquete no alcanza los 600 gramos, en el caso de las de manteca, o los 450 gramos, en el caso de la de grasa, te agregan las que sean necesarias para completar el peso justo.
(Av. Las Heras 3014, Barrio Norte / T. 4805-4329)

CROQUE MADAME (brunch)
Una tradición heredada de las mejores salas de Europa y Estados Unidos: el “restaurante del museo”, casi una categoría propia para la gastronomía, por entorno artístico y menú de qualité. En el maravilloso jardín del Museo de Arte Decorativo, con adoquines en el piso y arbustos podados con la simetría de un Joven Manos de Tijera, Croque Madame es menos pretencioso que su nombre y sus aspiraciones, de indudable alcurnia francesa: el Palacio Errázuriz permite que los plebeyos ocupemos sus jardines para probar el equivalente galo a nuestro tostado: el croque. Estrella indiscutida del brunch bajo los árboles, un pan dorado en manteca con jamón cocido, queso gruyere y huevo a la plancha. Elegir únicamente las mesas al aire libre y entregarse al devaneo de un domingo para decir “oh la lá, París”.
(Av. Libertador 1902, Barrio Norte / T. 4806-8639)

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